viernes, 25 de septiembre de 2020

PERO CUANDO LLEGO LA 60ª Y 61ª NOCHE

PERO CUANDO LLEGO LA 60ª  NOCHE



       Ella dijo:
       "Sed testigos de que desde este momento emancipo a esta joven esclava que acabo de comprar y que me caso con ella". Entonces los cuatro kadíes se apresuraron a escribir el certificado de emancipación, y en seguida escribieron el contrato de casamiento y lo sellaron con su sello. Y el príncipe Scharkán no dejó de repartir generosamente entre los presentes una gran cantidad de oro para festejar su alegría, y tiró puñados de oro, que recogieron los servidores y los esclavos.
       Después despidió a todos los presentes, excepto a los cuatro kadíes y el mercader. Y volviéndose hacia los kadíes, les dijo: "Ahora quiero que escuchéis las palabras que va deciros esta joven, para darnos una prueba de su elocuencia y su saber, y para que comprobéis las afirmaciones de este jeique".  Y los kadíes contestaron: "Escuchamos y obedecemos". Y el príncipe Scharkán mandó tender un tapiz en el centro de la sala y colocó detrás de él a la joven, para que no estuviese cohibida y pudiera hablar sin que la viesen extraños.
       Y en cuanto se tendió el tapiz, acudieron a rodear a su nueva señora las damas de servicio, y la ayudaron a colocarse más cómodamente y a aligerarse de parte de sus vestidos; y se maravillaban de sus perfecciones, y en su alegría le besaban los pies y las manos. Y por su parte, las esposas de los emires y visires se apresuraron a rendirle homenaje, dispuestas a oír lo que iba a decir al príncipe Scharkán y a los grandes kadíes de Damasco. Y antes de ir junto a ella, pidieron licencia a sus maridos.
       Cuando Nozhatú vió entrar a las esposas de los emires y visires, se levantó para recibirlas, las besó cordialmente, las hizo sentarse a su lado, y les dirigía palabras cariñosas para corresponder a su homenaje, y tan amable estuvo, que todas se maravillaron de su cortesía, de su hermosura y de su inteligencia, y se decían: "Nos han dicho que era una esclava, pero seguramente es una reina, hija de un rey".
       Y exclamaron: "¡Oh, señora! has iluminado la ciudad con tu presencia, y has colmado de honor a este país y a este reino. Y este reino es tu reino, y este palacio tu palacio, ¡y todas nosotras somos tus esclavas". Y ella les dió las gracias de la manera más dulce y agradable.
       Pero en este momento Scharkán la interpeló desde el otro lado del tapiz, y le dijo: "¡Oh hermosísima joven, joya de estos tiempos! esperamos ansiosamente tus palabras elocuentes, pues dicen que estás versada en todas las ciencias, y hasta en las reglas más difíciles de nuestra sintaxis".
       Y la joven Nozhatú, con voz más dulce que el azúcar respondió: "¡Tu deseo está sobre mi cabeza y sobre mis ojos! Y para satisfacerlo, hablaré sobre las TRES PUERTAS DE LA VIDA".




                                           PALABRAS SOBRE LAS TRES PUERTAS



       Y Nozhatú dijo:
       "Te hablaré, en primer lugar, ¡oh príncipe valeroso! de la PRIMERA PUERTA: EL ARTE DE SABER CONDUCIRSE.

       "Sabed, pues, que la vida tiene un objeto, y que el objeto de la vida es desarrollar el fervor.
       "Ahora bien; el principal fervor tiene su forma en la pasión, que es bella por su fe.
       "Nadie alcanzará el fervor más que por una vida activa, animada por la pasión. Y esta vida puede vivirse en cualquiera de los cuatro grandes caminos de la humanidad: El Gobierno, el Comercio, la Agricultura y los Oficios.
       "En lo que concierne al GOBIERNO, es necesario que aquellos escasos hombres que están llamados a gobernar el mundo posean la ciencia política, una sutileza exquisita y una habilidad perfecta. Y en ningún caso deben dejarse guiar por su capricho, sino por un alto ideal, cuyo fin es Alah, el que todo lo puede. Y si regulan su conducta hacia este fin, la justicia reinará entre los humanos y cesarán las discordias en la superficie de la tierra. Pero lo más frecuente es que sigan sus inclinaciones, y acaben por resbalar en errores irremediables. Por que un jefe no es útil a su país sino cuando puede ser equitativo e imparcial y cuando impide que los fuertes opriman a los débiles y a los pequeños.
       "El gran Ardechir, tercer rey de los persas, y uno de los descendientes de Sassán, dijo: "La autoridad y la fe son dos hermanas gemelas: la fe es un tesoro y la autoridad su guardián".
       "Y nuestro profeta Mahomed (¡sean con él la paz y la plegaria!) ha dicho: "Dos cosas rigen el mundo: la Autoridad y la Ciencia; si son rectas y puras, el mundo camina por la vía derecha; si son nefandas y malas, el mundo cae en la corrupción".
       "Y el Sabio ha dicho: "El rey debe ser el guardián de la fe, de cuanto es sagrado y de los derechos de sus súbditos. Pero ante todo debe velar por que estén de acuerdo los que manejan la pluma y los que manejan la espada, ¡porque quien falte al hombre que maneja la pluma resbalará y se levantará jorobado!"
       "Y el rey Ardechir, que fué un gran conquistador, dividió su imperio en cuatro distritos, y se mandó fabricar cuatro sellos en cuatro anillos. El primer sello era el anillo del Distrito marítimo, Y así sucesivamente los otros tres. Y lo hizo para asegurar el orden en su reino. Y así se siguió hasta la era islámica.
       "Y el rey Kesra, el gran rey de los persas, escribió a su hijo, al que había confiado el ejército de sus ejércitos: "¡Oh, hijo mío!..."
 
        En este momento de su narración, Schehrazada vió aparecer la mañana, y se calló discretamente.



                                             PERO CUANDO LLEGO LA 61ª  NOCHE



       Ella dijo:
       "El rey Kesra, el gran rey de los persas, escribió a su hijo, al que había confiado el ejército de sus ejércitos: "¡Oh hijo mío! desconfía de la tibieza, pues enajenaría tu autoridad; pero no obres tampoco con dureza excesiva, porque hará fermentar la rebelión entre tus soldados". "Y también se nos ha enseñado que un árabe fué a buscar al califa Abu-Giafar-Abdalah, y le dijo: "Ten hambriento a tu perro, si quieres que te siga". Y el califa se irritó contra el árabe. Y el árabe añadió: "Pero cuídate también de que un transeúnte no alargue un pan a tu perro, porque el perro te abandonará para seguir al transeúnte". Y Al-Mansur comprendió entonces, y se aprovechó del aviso, y despidió al árabe después de haberle obsequiado.
       "Se cuenta también que el califa Abd El-Malek ben-Meruán escribió a su hermano Abd El-Aziz ben-Meruán, a quien había mandado a Egipto al frente de un ejército: "Puedes prescindir de tus consejeros
y tus escribas, porque sólo te enterarán de lo que ya conoces; pero no descuides nunca a tu enemigo, que es el único capaz de hacerte saber la fuerza de tus soldados".
       "Hablan también las crónicas de que el admirable califa Omar ibn-Al-Kattam no tomaba ningún servidor sin imponerle estas cuatro condiciones: no montar nunca en una bestia de carga; no apropiarse jamás el botín ganado al enemigo; no vestirse con trajes suntuosos, y no retrasarse nunca durante la hora de la plegaria. Y he aquí las palabras que le gustaba repetir: "No hay riqueza que valga lo que vale la sabiduría; no hay mejor piedra de toque que la cultura del espíritu y no hay gloria mayor que el estudio y la ciencia".
       "El mismo Omar (¡téngalo Alah en su gracia!) fué quien dijo: "Las mujeres son de tres clases: la buena musulmana, que no se preocupa más que de su marido y sólo tiene ojos para él; la musulmana que sólo quiere casarse para tener hijos, y la prostituta, que sirve de collar al cuello de todo el mundo. Y los hombres también son de tres clases: el hombre cuerdo, que reflexiona y obra después de reflexionar,  el que solicita el juicio de los hombres ilustrados y sólo obra con la más extremada prudencia, y el mentecato, que no tiene juicio alguno y no pide nunca consejo a los sabios".
       "Y el sublime Alí-Abú-Taleb (¡Alah lo tenga en su gracia!) dijo: "Precaveos contra las perfidias de las mujeres, no les pidáis su parecer; pero no las oprimáis, si no queréis que aumenten sus astucias y sus traiciones. Porque el que no conoce la moderación, va hacia la locura. Y en todas las cosas debéis ateneros a la justicia, singularmente en lo que atañe a vuestros esclavos".
       Y cuando Nozhatú iba a seguir desarrollando este capítulo, oyó a los kadíes que decían detrás del tapiz: "¡Maschalah! ¡Nunca hemos oído palabras tan elocuentes, pero quisiéramos oír algo sobre las otras puertas!"
       Y Nozhatú, con una transición muy hábil, dijo:
"Otro día hablaré del fervor en los otros tres caminos de la humanidad; pues ya es tiempo de que os diga algo de la SEGUNDA PUERTA.

       "Esta segunda puerta es la de los BUENOS MODALES y de la CULTURA DEL ESPÍRITU.
"Y tal puerta, ¡oh príncipe del tiempo! es la más ancha de todas, porque es la de las perfecciones. Sólo pueden recorrerla en toda su extensión aquellos que tienen sobre la cabeza una befidición nativa.
"No os citaré más que algunos rasgos principales".

       En este momento de su narración, Schehrazada vió aparecer la mañana y se calló discretamente.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario